ante todo lo que que he caminado
no hay ni prisa, ni cansancio
puesto que no tengo ningún destino
más que disfrutar del propio camino
Arden en mi piel los suaves labios,
hierve mi mente cuando va recordando
tantos placeres y amores pasados
cada uno fue un precioso regalo
pero en el presente esta mi latido
Pesan los brazos de tanto abrazo
y tanta gente que se fue alejando
así al final de cada hermoso día
un alma vieja y cansada se acuesta
pero un niño ilusionado despierta
Y es mi sonrisa mi oración diaria
siendo el sol o la lluvia una alegría
sintiendo tanta vida en mi interior
que amo todo, aquello que me rodea
es mi pasión y mis sueños mi ilusión
