perdiéndome en esos ojos que contienen tú galaxia.
En ocasiones, mientras hablamos, tu cabello y la luz bailan,
escribiendo en tinta negra, poesías en el viento.
Alguna vez, cuando hablamos, tú voz a la música da paso,
en un suave canto de sirena, donde todo se me olvida.
En algún momento, mientras hablamos, bajo mi mirada,
miro tus labios moverse, deseando morderlos suavemente,
recordando tus uñas al clavarse y las apasionadas caricias.
Muchas veces, cuando no hablamos y no te tengo a mi lado,
escucho en mi mente, cada palabra que has pronunciado.
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